Es más seguro que a estas alturas del cuento ya te hayas percatado de que todo el mundo tiene problemas y que todos en algún momento hemos sucumbido a nuestras inseguridades. Dependiendo de la edad que tengas es probable que hayas pasado ya por algún tipo de crisis existencial o hayas sentido que no sabes bien hacia donde te diriges.
Si aún no has pasado por alguno de estos momentos de no encontrarse, estáte prevenido porque de un momento a otro te va a pasar. Los miedos son el villano que tenemos dentro absolutamente todos pero por suerte también albergamos en nuestro interior a su propia antítesis: el talento.
En ocasiones será difícil de encontrar o no será tan obvio como para una persona que canta como los dioses o deja las obras de Velázquez solo aptas para hoteles de carretera, pero lo cierto que es que todos tenemos alguno.
A algunas personas se les da extremadamente bien hablar, comunicarse o escuchar y son algunas de estas joyas que solo los demás pueden apreciar. Normalmente una persona que sabe escuchar o comunicarse no considera eso un talento, sino algo natural y cuando le comentes algo sobre esa condición probablemente te mire con cara de extrañeza. No imaginan la cantidad de personas a las que les es casi imposible pedir una pizza por teléfono.
Las crisis existenciales de las que hemos hablado antes suelen ser un buen punto de inflexión para el cambio definitivo pero no son necesarias para encontrar ese don y explotarlo.
¿Cómo puedes encontrar tu talento oculto si está tan oculto que ni lo hueles? Lo primero y más importante es, como casi siempre, escucharte a ti mismo. Párate a pensar qué es lo que te gusta hacer. A todos nos gusta hacer cosas que nos salen bien, así que eso a lo que puedes dedicarte horas y horas es muy probable que sea uno de tus talentos.
Si no tienes muy claro qué es lo que mejor se te da, eres una persona absolutamente negativa, estas pasando por un mal momento o quieres que te regalen un rato el oído, simplemente pregunta a tu alrededor, a la gente que te conoce mucho y a la que no tanto. Esos puntos de vista pueden poner en perspectiva lo que tú mismo piensas de ti y además sientan de maravilla.
Una vez hayas encontrado eso que se te da bien hacer tenemos que intentar sacar el máximo partido de ello. Si puedes llegar a rentabilizarlo habrás conseguido uno de los grandes hitos universales, trabajar de lo que te apasiona. Esto último no siempre es fácil o incluso posible pero al menos habrás encontrado algo que forma parte de tu esencia, de tu ser y de lo que puedes estar muy orgulloso, y eso nunca está de más.
Carmen Carratalá Sánchez • www.behance.net/carmencarratala
Artículo publicado en la Revista Creactiva nº07