No me atrevo a afirmar que a nadie le gusta salir a correr, ya que los maratones son tendencia en 2015, pero sí me atrevo a decir que a nadie le gusta subir escaleras. Igual que no solemos ser voluntarios para sacar la basura, o yo al menos nunca he dicho: ¡Venga hoy será un gran día, reciclemos!
Son tareas de nuestro día a día, como madrugar para ir a trabajar o revisar la agenda, que no son divertidas. Admitámoslo.
Admitirlo es el primer paso. Al comprender cómo nos motivamos (o no) cambiamos de enfoque y podemos buscar otras alternativas. ¿Cómo hacer que una tarea pesada no resulte tediosa?
Esta pregunta podemos aplicarla al marketing: cómo motivar a unos usuarios más allá de la publicidad convencional, cómo potenciar el engagement al máximo, cómo conectar con los consumidores y sobre todo… hacer que se diviertan con una marca.
Ahora mismo, dada la saturación de medios publicitarios las empresas han de combinar canales de publicidad para maximizar sus esfuerzos de marketing y comunicación.
¿Habéis oído hablar sobre experiencias de entretenimiento digital? Este concepto tiene diferentes vertientes como el advergaming (crear un juego para una marca), el popular branded content, la creación de comunidades virtuales o la gamificación, cuyo fin principal es convertir una tarea no muy apetecible en divertida.
La gamificación consiste en el empleo de mecánicas de juego en entornos no lúdicos con el fin de trasladar a una marca valores positivos comunes a todos los juegos, una herramienta de motivación, engagement o fidelización muy potente para las marcas.
Una correcta implementación de estrategias de gamificación permite pasar de la mera conectividad al engagement, de un monólogo a una conversación con los usuarios, a la generación de experiencias únicas. Permite involucrar a los usuarios con la marca mediante la búsqueda de una recompensa, lo que se traduce en una mayor fidelidad y la generación de experiencias estimulantes para los consumidores.
¿Por qué estimula? Porque el ser humano es, por naturaleza, competitivo. Los game designers utilizan mecánicas de juego para conseguir objetivos concretos, en este caso de negocio, y hacen de los juegos una experiencia única.
En el sector ha calado hondo. Una de las compañías pioneras en hacer uso de esta tendencia fue Turkish Airlines, la decidió lanzar una campaña multimedia mediante el uso de códigos QR.
¿Queréis ver más casos? ¡Hay muchos!
1. La banca es un mundo aburrido, en el que no cabe ni el ocio ni el entretenimiento, ¿verdad? ¡Error! BBVA rompió con todo ello a través de una aplicación con la que pretendía que sus clientes usasen más la banca electrónica. Y lo consiguió a través de BBVA Game, donde se combina la educación financiera enriquecida con dinámicas de juego.
Incluso fueron más allá con Liga BBVA Game, con más retos y juegos para mejorar la experiencia de los usuarios en un mundo tan “gris” como puede parecer el de las finanzas.
2. Starbucks consiguió fidelizar y ganar millones de clientes gracias a un sencillo sistema de estrellas. ¿Cómo? vez que un usuario consumía un café, acumulaba estrellas que podía canjear por varios premios.
3. McDonald’s lanzó una promoción basada en el clásico juego del Monopoli con la que buscaban fidelizar a sus millones de clientes. Cada vez que hacías una compra de un menú mediano o grande en el restaurante, ellos te recompensaban con premios valorados hasta en 300.000 euros, como experiencias, cursos de idiomas o equipamiento tecnológico. ¿Qué ganarías si caías cayeras en la casilla de la cárcel?
4. ¿Quieres ganar entradas para la nueva película de James Bond? Tienes 70 segundos para cumplir una misión, pero no va a ser tan fácil… Coca-Cola quiso premiar a sus fieles seguidores de la cero azúcar y, para ello, estos debían sacar al superagente que llevan dentro. El resultado, simple genialidad.
Por lo tanto, el entretenimiento digital emerge con fuerza y ha venido para quedarse.
Let’s play!